domingo, 30 de mayo de 2010

The Thin Blue Line // 1986

The Thin Blue Line
de Errol Morris (1988)
U.S.A.
Errol Morris nos trae un documental lleno de diferentes puntos de vista mediante entrevistas, reconstrucción de hechos y una estética que me resulta bastante agradable al ojo. ¿Porqué habría de llamarse documental si se muestran situaciones que en realidad son ficciones? A mi parecer, el análisis de un caso no necesita tener únicamente entrevistas o material de archivo. ¿Porqué no filmar una reconstrucción de lo que sucedió? O al menos lo que se cree que sucedió. Yo creo que esto se fue preguntando Errol Morris al comenzar a construir este documental. Documental que definió un esquema y una estética que más adelante la televisión llegaría a emplear para los documentales televisivos, puedo pensar en el Discovery Channel o en History Channel y a la mente me sale primero un programa de OVNIs, donde existen reconstrucciones de los personajes que tienen encuentros cercanos con alienígenas.
También recuerdo recientemente un programa sobre fantasmas, donde existe la misma estructura, entrevistas y reconstrucciones sobre cómo una madre y sus dos hijos tienen encuentros paranormales en su nuevo hogar, la descripción del programa recuerdo que decía "Reconstrucción ficticia de sucesos paranormales a personas reales". Morris deja un claro legado sobre cómo se puede filmar sobre un evento que ocurrió en un pasado y que no se tiene ningún registro de este. Creo que lo importante de esta estructura es la legibilidad del documental, resulta relajado y fácil de digerir, ésta es seguramente una de las razones por las cuales se podría tomar como una estructura 'por default' televisiva para documental.
The Thin Blue Line habla sobre un caso en particular, el asesinato de un policía. La complejidad de este caso es a raíz de la incompetencia de la compañera del policía asesinado. Después, el sistema judicial se dedica a inculpar a una persona que parece ser inocente. ¿O talvez no? Errol Morris nos muestra tantos puntos de vista que la historia se convierte en un auténtico Rashômon, llegamos al punto en que no sabemos ni a quién creerle. Los personajes llegan a contradecirse, ellos mienten pero la cámara no. El documental tiene una escena recurrente, la del asesinato, que acompañada con una una gran cinefotografía reconstruye los hechos una y otra vez, desde diferentes ángulos, puntos de vista y contradicciones. Me gusta esta reconstrucción de los hechos porque plantea las preguntas ¿realmente los policías estaban cumpliendo con su deber como es debido? ¿siguieron el procedimiento? La realidad es que ni podemos creer en estos policías. Al parecer, el culpable de que la compañera del policía no pusiera atención, es una malteada de Burger King.

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